Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1858-1860 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 28 de marzo de 1859
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 83, 2.167
Tema: Presupuesto de Fomento

El Sr. SAGASTA: El Sr. Ministro de Fomento, y voy a empezar por donde ha concluido S.S., ha padecido una equivocación al decir que yo había manifestado que se necesitaban para el Ministerio de Fomento personas de ilustración, creyendo que acaso me habría podido referir a S.S. No señor, no dije eso, y era excusado repetirlo, porque todos sabemos que S.S. es persona de ilustración.

Lo que digo y repito, es que se ha dado poca importancia a la especialidad del ramo; así es que verán los Sres. Diputados, si pasan revista a los diversos ministros de Fomento que ha habido, que con pocas excepciones lo mismo se ha mirado el nombramiento de Ministro de Fomento que pudiera mirarse el de cualquier Obispo. Quizá en esto consiste el atraso en que este Ministerio ha estado entre nosotros; es Ministerio nuevo, y no se ha tratado de poner a la altura en que debe estar. Pero repito que hablo en general.

Ya sabía yo que el Sr. Luxán era el autor de este pensamiento; pero el Sr. Luxán no quería llevarlo a cabo más que bajo el punto de vista que he dicho yo, estableciendo primero la reforma en la Administración, luego llevando como consecuencia la reforma al personal. Así, y no de otra manera, deben hacerse las reformas en Fomento. Pero el Sr. Luxán, por una necesidad apremiante, en las provincias esencialmente mineras, en las provincias de mucho monte, dijo: vamos a establecer dentro del Gobierno de las provincias esas Secciones independientes hasta cierto punto de los demás ramos del servicio: pero sólo en esas provincias; porque en la generalidad de las de España ya sabe S.S. que con un oficial bien enterado se despachan esos negocios.

Dice S.S. que donde hay esas Secciones los secretarios no despachan con los gobernadores esos ramos de Fomento. Pues yo digo: separados de los Gobiernos de provincia esos importantes ramos del Ministerio de Fomento, ¿qué es lo que queda que no pueda despachar perfectamente uno o dos oficiales bien enterados? Pues si no, ¿para qué es el ensayo? Si se establecen los jefes de Sección, suprimid los secretarios de los Gobiernos de provincia.

Me preguntaba el Sr. Ministro de Fomento como una gran razón para establecer estas Secciones, qué deslindes, qué operaciones se han hecho en los montes hasta ahora. Ninguna; lo que se ha hecho ha sido perder los montes; pero no porque la falta fuera de esas Secciones, sino porque los Gobiernos constantemente han mandado a las provincias, no agentes para los montes, sino agentes para las elecciones; así es que deslindes, cortas, todo se ha hecho bajo el punto de vista electoral, y no bajo el punto de vista de la conveniencia pública. Estos daños se hubieran ocasionado en los montes, lo mismo con esas Secciones que sin esas Secciones: el mal parte del Gobierno, que teniendo ingenieros de montes consentía y consiente que fuesen a las provincias comisarios sin ningún genero de conocimientos, como no fuesen conocimientos electorales, mientras que jóvenes que han hecho su carrera de ingenieros de montes se están en su casa sin tener colocación, después de haber gastado su tiempo y su caudal.

Dice S.S. que hasta ahora los oficiales de los Gobiernos políticos encargados de estas Secciones no se ocupaban de ellas más que cuando no tenían otra cosa que hacer. Pues esto lo traslado yo al Sr. Ministro de la Gobernación, que no hace cumplir a los gobernadores de provincia con su deber. Los oficiales del Gobierno político tiene cada uno su negociado; de manera que los que despachan este ramo deben ocuparse de él exclusivamente.

Yo bien sé que los oficiales encargados del negociado de montes lo despachaban, como he dicho antes; mirando a las elecciones; pero esto lo traslado también al Sr. Ministro de la Gobernación, que ha permitido que los gobernadores consientan a los oficiales del Gobierno político no ocuparse de estos ramos más que cuando no tengan otra cosa que hacer. Si esto ha de ser así, sea muy enhorabuena; pero no hay duda que esos oficiales se enterarán bien del negociado que desempeñan.

Como habrán observado los Sres. Diputados, ni una sola razón de las que he dado han sido contestadas por el Sr. Ministro de Fomento. Convengo en que se haga la reforma en la contabilidad y la administración; pero el Sr. Ministro empieza por el personal. Yo creía que lo primero era establecer la reforma, y una vez establecida, hacer el nombramiento de los empleados; hacerlo de otra manera es una cosa nueva que estaba reservada a S.S.



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